Ambos son dos estados emocionales que a menudo buscamos en nuestra vida, pero ¿realmente entendemos qué significan y cómo pueden influir en nuestro bienestar?
En este artículo te comparto algo sobre la naturaleza de la felicidad y de la tranquilidad, cómo podemos cultivarlas en nuestras vidas y por qué elegí especializarme en “Mindfulness y Autocompasión” para enriquecer mis acompañamientos.
Definiendo felicidad vs. tranquilidad
La felicidad se refiere a un estado emocional positivo y placentero en el que experimentamos alegría, satisfacción y bienestar general. La tranquilidad se relaciona más con un estado de calma y paz interior, donde nuestras mentes y emociones están en equilibrio y nos sentimos en armonía con nosotros mismos y nuestro entorno.
Cómo diferenciar ambos estados
La felicidad tiende a ser más efímera y basada en experiencias externas. Puede surgir cuando alcanzamos metas, recibimos reconocimiento o experimentamos momentos de alegría intensa. La felicidad también puede ser fugaz y estar sujeta a cambios externos, lo que significa que puede desvanecerse rápidamente si las circunstancias cambian.La tranquilidad es más profunda y duradera. Se trata de cultivar una sensación de paz interior que no depende de factores externos. La tranquilidad puede estar presente incluso en medio de desafíos y dificultades, ya que surge de una conexión profunda con nuestro ser interior y una aceptación serena de la realidad tal como es (la que nos gusta, y la que no nos gusta).
Entonces ¿qué es mejor buscar, la paz o la felicidad?
Si bien podemos promover ambas, en mi opinión, y si tuviera que priorizar una, empezaría por aspirar a un estado de tranquilidad ya que considero proporciona una base sólida sobre la cual construir momentos de felicidad, alegría y satisfacción. La tranquilidad nos permite mantener la calma y la estabilidad incluso en medio de los altibajos de la vida, que estarán siempre presentes.
Cómo cultivar la sensación de tranquilidad
Estas son herramientas que puedes hacer sola o en el marco de un proceso de acompañamiento con una profesional:
- Practica la atención plena (Mindfulness): son una herramienta poderosa para nutrir la tranquilidad. Al aprender a estar presentes en el momento presente y observar tus pensamientos y emociones sin juzgarlos, podes desarrollar una mayor serenidad mental. Cuando estoy en el aquí y ahora varias horas del día, puedo notar como empieza a crecer una sensación de plenitud interior, como si de repente fuera muy fácil, ameno y placentero estar habitando cada segundo de mi vida. Sola o en compañía. Haciendo algo o descansando. Con la liviandad de quien no tiene otra cosa mejor que hacer: sin presiones, sin “deberías”, sin condicionamientos. Incluso practicando estar presente en momentos de sufrimiento y tristeza nos permite conectar con nosotros mismos desde otro lugar, sobrellevandolos mucho mejor.
- Tratate con compasión: no significa que tengas lástima ni seas condescendiente contigo misma sino por el contrario, que te hables y trates con la misma amabilidad y comprensión que tendrías con una persona que amas. No deberías amarte a vos misma más que a cualquier otro? La autocompasión te ayuda a aceptarte tal cual sos, con tus luces y sombras, en los momentos buenos y en los que sufrimos…y nos permite encontrar paz en medio de la autocrítica y la autoexigencia.
Elegí especializarme en estas disciplinas porque al haberlas integrado a mi vida, me permite acompañar a otras mujeres con otro tipo de preguntas y si lo desean, compartirles dinámicas concretas para potenciar su bienestar.
- Conexión con tu cuerpo y la naturaleza: dedicarte tiempo a chequear tu cuerpo, a través del tacto, el movimiento, la percepción de un masaje, un abrazo que te des… Asimismo pasar tiempo al aire libre, ver y sentir los árboles, el agua… puede ser increíblemente calmante y restaurador. La belleza y la tranquilidad de la naturaleza nos ayudan a desconectar del estrés de la vida cotidiana y a encontrar un sentido de paz interior.
Conclusiones
En última instancia, tanto la felicidad como la tranquilidad son componentes importantes de una vida equilibrada y satisfactoria. Así que no te limites a elegir: busca momentos del día para conectarte con ambos estados emocionales y disfruta del equilibrio que te brindan…¡Te lo mereces!